Reconocer el miedo como una reacción normal y beneficiosa es un avance fundamental para calmar las aprensiones. Es normal aceptar que el miedo es un indicio de deficiencia o algo por lo que humillarse, pero esto no podría estar más lejos de la realidad. El miedo es una reacción característica ante un peligro percibido, y es un sistema de resistencia que ha ayudado a la gente a resistir durante mucho tiempo. Percibiendo el miedo como una respuesta sana, podemos empezar a acercarnos a él con un sentimiento de interés y receptividad en lugar de juicio u oposición. Esto puede ayudarnos a comprender mejor nuestros sentimientos de miedo y, a la larga, a descubrir métodos para vencerlos. Es imprescindible tener en cuenta que percibir el miedo como una reacción característica y ventajosa no implica que debamos permitir que nuestros temores nos controlen. Más bien, se trata de percibir que el miedo es una parte típica de la experiencia humana y de averiguar cómo gestionarlo de forma constructiva. Al percibir nuestros sentimientos de miedo, podemos empezar a comprender qué los desencadena y crear técnicas para supervisarlos. Esto puede incluir buscar ayuda de amigos y familiares o de un experto en bienestar emocional, ensayar estrategias de relajación como la respiración profunda o la contemplación, o presentarnos lentamente a las circunstancias que desencadenan nuestros miedos de forma protegida y controlada. Adoptando estos medios, podemos empezar a progresar más allá de nuestras aprensiones y averiguar por fin cómo superar los miedos.
